Hoy tenemos que soportar situaciones muy encontradas, una de ellas tiene que ver con la tristeza por el fallecimiento de Maximiliano Valentín La Rosa Ascencio y la otra se refiera a la alegría que siempre impuso en cada una de sus presentaciones dentro del quehacer artístico y se hizo hartamente conocido como “el ciclón huachano”.
Nació en Huacho el 30 de octubre de 1924 y sus padres fueron Moisés La Rosa Rosell y Petronila Asencio Valladares. Posteriormente contrajo matrimonio con Margarita Silvia Jaimes, tuvieron 5 hijos: Carlos, Alberto, Margarita, Blanca y William.
A la edad de 18 años incursionó en la vida artística y su primera presentación en público fue en el recordado cine Colón (Huacho), interpretando el pasodobles “cuerdas de mi guitarra”, pero siempre mostró una preferencia y esta estuvo dirigida al criollismo.
Durante su gran carrera y despliego artístico integró diversas orquestas, entre ellas se menciona a la Copacabana, Swings Boys, Ritmo Alegre y la Cumparsita; a nivel nacional compartió escenarios artísticos con Lucho Macedo, Fredy Roland, entre otros.
A nivel de la canción criolla actuó junto a Jesús Vásquez, Lucha Reyes, Los Dávalos y Roberto Tello respectivamente.
En vida fue socio de “La Lira Huachana”, la institución musical criolla más antigua del Perú (19-nov-1932) y también del club musical “María de Jesús Vásquez”, lugar especial, donde se realizaban las grandes peñas de entonces, que hoy en día recordamos con inmensa nostalgia.
RECONOCIMIENTOS
Como producto de su larga y muy productiva trayectoria como cantante de música criolla, fue reconocido en innumerables oportunidades por ser uno de los mejores cantantes de su época y también por haber sido uno de los cantantes con más antigüedad en esta parte del país.
En Huacho se le hizo justos reconocimientos, como por ejemplo del Club Casino Huacho, Centro Social Huacho, Ínsula Huacho, Rotary Club, Club Sociedad Obreros de la Unión, y de los ex alcaldes Carlos Meza Velásquez, Miguel Díaz La Rosa y Pedro Zurita Paz, respectivamente.
Esta es una pequeña semblanza para conocimiento de las nuevas generaciones que se dedican a cultivar la música criolla, siempre recordaremos a don “Max” por su gran ejemplo de dedicación y que con alma, corazón y vida, pero también con mucha humildad supo escalar un sitio bien ganado, para tan significativo género musical. ¡Hasta siempre, “Max” La Rosa!.
A la edad de 18 años incursionó en la vida artística y su primera presentación en público fue en el recordado cine Colón (Huacho), interpretando el pasodobles “cuerdas de mi guitarra”, pero siempre mostró una preferencia y esta estuvo dirigida al criollismo.
Durante su gran carrera y despliego artístico integró diversas orquestas, entre ellas se menciona a la Copacabana, Swings Boys, Ritmo Alegre y la Cumparsita; a nivel nacional compartió escenarios artísticos con Lucho Macedo, Fredy Roland, entre otros.
A nivel de la canción criolla actuó junto a Jesús Vásquez, Lucha Reyes, Los Dávalos y Roberto Tello respectivamente.
En vida fue socio de “La Lira Huachana”, la institución musical criolla más antigua del Perú (19-nov-1932) y también del club musical “María de Jesús Vásquez”, lugar especial, donde se realizaban las grandes peñas de entonces, que hoy en día recordamos con inmensa nostalgia.
RECONOCIMIENTOS
Como producto de su larga y muy productiva trayectoria como cantante de música criolla, fue reconocido en innumerables oportunidades por ser uno de los mejores cantantes de su época y también por haber sido uno de los cantantes con más antigüedad en esta parte del país.
En Huacho se le hizo justos reconocimientos, como por ejemplo del Club Casino Huacho, Centro Social Huacho, Ínsula Huacho, Rotary Club, Club Sociedad Obreros de la Unión, y de los ex alcaldes Carlos Meza Velásquez, Miguel Díaz La Rosa y Pedro Zurita Paz, respectivamente.
Esta es una pequeña semblanza para conocimiento de las nuevas generaciones que se dedican a cultivar la música criolla, siempre recordaremos a don “Max” por su gran ejemplo de dedicación y que con alma, corazón y vida, pero también con mucha humildad supo escalar un sitio bien ganado, para tan significativo género musical. ¡Hasta siempre, “Max” La Rosa!.
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